lunes, 6 de enero de 2014

Veneno para el Corazón

En su mano latía aún cálido su corazón, entre sus dedos se escurría su esencia escarlata, gota a gota teñía el suelo alfombrado con flores muertas y encajes blancos.
Sus parpados se cerraban, sus ojos se negaban a ver, bebió un sorbo de la botella,la tiro a un lado con desprecio y sus rodillas empezaron a doblegarse hasta el suelo, su cuerpo se arqueo y suavemente terminó en el frío suelo de mármol.
No hubo gritos, no hubo llantos, solo hubo silencio. Los recuerdos, los sentimientos, las promesas, nada vale ahora, nada…


El dulce veneno recorrió su cuerpo lleno de amor y compasión sin que ningún remedio la salvara de la muerte segura de su destino. Una muerte plácida de la que no se escondió, la miro a los ojos llenos de los recuerdos de su vida y sin pestañear se dejo llevar por el camino lleno de luz que la guiaba hacia el paraíso que aún desconocía. Una sonrisa cubrió su rostro al sentir que esa muerte maravillosa que le robo el corazón era lo que siempre espero en una vida que no la llenaba ni cumplía con sus deseos de felicidad.

Su cuerpo frio y su corazón apunto de detenerse era la visión del cielo en la tierra, una visión macabra y maravillosa a la vez donde se confunden la muerte y el placer en un éxtasis al que solo logran acercarse algunos privilegiados que rebosan crueldad y amor a partes iguales. Solo desean amar hasta la muerte, hasta que los dos sean una sola unión, compartir un mismo latido y fundirse en un último aliento.


Ante él yace solamente un simbolismo utópico de sueños rotos y esperanzas quebrantadas. Las sombras le cubren, el silencio le resguarda, el rencor le motiva.
El corazón dejo de latir, sus ojos se abrieron y la esencia dejo de fluir, lo tomo entre sus manos y se lo acerco al pecho , a su propio corazón, temblaba por aquel intenso frío,quieto, reflexionando, tiritando, con el recuerdo en su cabeza  de cuando él le ofreció su corazón  y la promesa de venganza que juro, de robarle a ella el corazón.
Con delicadeza al lado de ella se recostó  y le acarició la mejilla tiernamente pero el  viento siguió soplando, la lluvia cayo interminable y el tiempo no cesó.

El se durmió y desde entonces nunca mas se despertó.










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